ESCALERAS Y CALLES DE POBREZA.
Existen características propias del medio donde habitan las sociedades humanas que constituyen más que su medio de identificación, los arquetipos de su esencia.
Así como para los campesinos, el barro y la tierra son su hábitat natural; para los pescadores, los muelles; y para los comerciantes, los grandes centros financieros. Las “escaleras y calles” de los barrios caraqueños con sus desniveles y escalones interminables, son la esencia de la pobreza en “Venezuela”.
Escaleras que sirven de marco para la morada de miles de familias. Casas de latas, tablas, cartón, techos de zinc, etc. Pero lo importante no es el medio físico, sino las personas que ahí conviven: ancianos que se detienen en el tiempo con la esperanza de ver cambiar su condición, jóvenes que se pierden en un infinito de drogas y violencia; y niños que inocentemente juegan y conviven en un mundo para ellos incierto.
Esas escaleras, esas calles; son recorridas diariamente por estos seres vivientes sin guía, sin luz, sin asilo, a merced del azar, ¿quién sabe a dónde? ¿quién se ocupa de ellos?
Ante estas interrogantes; pretendo con el lente de la cámara captar este medio físico y parte de las expresiones genuinas de sus habitantes, con el sano objetivo de presentar una imagen que pueda generar una respuesta colectiva ante lo que Víctor Hugo en su obra cumbre Los Miserables (1862) llamó las “catacumbas de la pobreza humana”
Luis Ochoa Durán
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